La amenaza o aviso de bomba es uno de los modus operandi relacionados con el terrorismo más extendidos y fáciles de realizar, especialmente por el impacto que generan, los escasos medios invertidos y, sobre todo, por la impunidad y anonimato casi asegurado.
Aunque la mayoría de los atentados con artefactos explosivos tienen lugar sin previo aviso, todas las amenazas de bomba deben ser consideradas como verdaderas ya que, en ocasiones, en función de la radicalización y objetivos del terrorista, éste puede buscar causar un impacto sin provocar víctimas mortales.
En este artículo te mostramos el protocolo de actuación a seguir antes, durante y después de un aviso de bomba ya sea una amenaza real o no.
¿Quién suele realizar los avisos de bomba?
Esta técnica de provocar terror e impacto en la actividad normal de cualquier persona u organización ha sido utilizada desde que existen los explosivos debido a su eficacia, eficiencia y efectividad en alterar el normal funcionamiento de cualquier espacio y organización, ya empleen explosivos reales, ficticios o se trata de una falsa amenaza de bomba.
Las personas o grupos que más utilizan esta técnica son:
- Grupos u organizaciones terroristas que dependen especialmente de la legitimidad social entre sus militantes y simpatizantes: algunos ejemplos son ETA, el IRA, grupos anarquistas, etc.
- Organizaciones criminales: cuando pretenden influir a políticos, jueces, fiscales u otros funcionarios públicos, así como cuando quieren presionar a sus proveedores, socios, clientes o competidores: algunos ejemplos podrían ser la
- Individuos u organizaciones subversivas: personas u organizaciones que por motivos ideológicos, políticos o económicos pretenden influir en la actividad de cualquier espacio, empresa u organización.
- Individuos con problemas psíquicos o bromistas: personas o grupos que por falta de capacidad cognitiva o incluso como mero entretenimiento realizan avisos de bomba. En estos casos, en la mayoría de ocasiones, se trata de falsas amenazas de bomba.
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¿Con qué objetivo se realizan amenazas de bomba?
En función de quién sea la persona o grupo que realiza la amenaza de bomba, así como si realmente se emplean explosivos o no, los objetivos, motivaciones e intencionalidad varían en cada caso.
Los principales motivos por los que se suele realizar una amenaza de bomba son:
- Influir y presionar a una persona, grupo de personas u organización a tomar una decisión u acción que beneficie a quien realiza la amenaza.
- Ganar notoriedad, publicidad o relevancia mediática como grupo u organización.
- Ampliar la cobertura del mensaje ideológico, político o económico que representa al individuo, grupo u organización que realiza la amenaza, permitiendo así llegar a los medios de comunicación y, en consecuencia, a toda la sociedad.
- Medir la reacción de las autoridades competentes: evaluando la respuesta de los efectivos policiales o militares responsables de intervenir ante estas contingencias, calcular el tiempo de respuesta, número de efectivos utilizados, observar y estudiar sus procedimientos así como averiguar cuáles son sus puntos débiles, con el fin de preparar un atentado real más adelante.
- Realizar un atentado real en otro punto de la ciudad o región para asegurar un mayor impacto y desconcierto en la policía y los servicios de emergencia.
- Alterar las actividades normales de una empresa o institución: afectando a la consecución de sus objetivos, provocando el miedo en sus trabajadores, ciudadanos, clientes o proveedores.
- Mero entretenimiento y diversión al ver el impacto y consecuencias provocadas.
¿Cómo es la mejor forma de reaccionar ante una amenaza de bomba?
Es difícil definir un protocolo de actuación fiable que permita discernir entre si una amenaza es real, creíble y plausible o por contra se trata de una amenaza falsa o una broma de mal gusto. De hecho, si existiese dicho protocolo de actuación, los terroristas podrían utilizarlo en su propio beneficio cuando quisieran.
Por ello, no existe un sistema fiable para discriminar con exactitud las falsas alarmas de las incidencias reales. En definitiva, ante cualquier amenaza de bomba, se pueden tomar tres decisiones alternativas:
- No prestar atención y seguir con las actividades como si la amenaza nunca hubiese tenido lugar.
- Efectuar una evacuación indiscriminada, sin realizar ningún tipo de comprobación ni contraste de la amenaza.
- Considerar la amenaza posiblemente veraz y actuar en de forma preventiva.
Según los expertos en terrorismo, tanto de la policía como de las fuerzas armadas, lo más adecuado es adoptar la tercera opción.
Qué debes hacer (y lo que no) antes, durante y después del aviso de bomba
A) ANTES DEL AVISO
Antes del aviso de bomba, lo más esencial es conocer y estar concienciados de los protocolos de actuación a llevar a cabo. Para ello, deberemos exlpicar a todos los miembros de la familia (en el caso de ser un domicilio) o a todos los trabajadores de la empresa u organización sobre cada detalle del protocolo que a a continuación se describe.
Dicha formación debe ser impartida especialmente al personal que suele estar más expuesto a recibir posibles avisos de bomba, especialmente:
- Controladores de acceso, porteros o conserjes.
- Ordenanzas o personal de mensajería interna.
- Personal de atención al cliente.
- Telefonistas o personal de centralita.
B) DURANTE EL AVISO
Si la comunicación de la amenaza es realizada por escrito:
- Evita manipular el papel, email o soporte (grabadora, CD, etc.) y el continente (sobre, caja, ordenador, etc.).
- Realiza inmediatamente una llamada a la Policía (en el caso de una empresa, también llamar al Departamento de Seguridad) facilitándoles toda la información verbalmente y, si así lo solicitan, enviarles el audio, el vídeo y/o una fotografía del mensaje y paquete recibido con el objetivo de que tengan la máxima información posible para valorar la amenaza y poder aconsejarte qué hacer en cada caso.
- Hasta recibir instrucciones claras de la Policía y/o del Departamento de Seguridad, custodiar el contenido y continente del mensaje (evitando que otras personas lo alteren, manipulen o destruyan). Cuando llegue la Policía o personal de seguridad, facilítales toda la información de cómo ha llegado el aviso de bomba, por qué manos ha pasado y las actuaciones llevadas a cabo tras su apertura.
Si la comunicación de la amenaza se realiza por vía telefónica (este es el medio más utilizado):
Lo más esencial es prolongar la llamada lo máximo posible, extraer el máximo de información relevante posible y anotarla de forma objetiva y fidedigna:
- Ten en cuenta que los segundos que dure la llamada puede que sea el único contacto que se mantenga con el comunicante, de ahí la importancia que toda la información sea recogida de forma objetiva y fidedigna.
- Concéntrate en mantener el control para poder facilitar datos de gran valor a la Policía. Por el contrario, con toda seguridad la información que recojas se tergiversará y se puede originar desconcierto, desacierto y posiblemente una mala decisión que tenga un impacto indeseado en las personas, en la actividad que se lleva a cabo en ese espacio o incluso posibles daños materiales.
Es importante tener en cuenta que esa llamada telefónica será el único contacto con el terrorista, la única posibilidad donde se podrán obtener datos indispensables para decidir correctamente si la amenaza es real o no. Si se atiende correctamente dicha llamada, se podrán conseguir más datos que la simple advertencia y, aunque parezca extraño, muchas veces el que realiza la amenaza contestará a preguntas, pues puede ser inexperto o pretender que se conozcan las motivaciones de su hazaña.
Con estos objetivos, si se produce una amenaza telefónica, como mínimo debes seguir inmediatamente el siguiente protocolo de actuación:
- Conectar el sistema de grabación de la llamada (si lo hay).
- Pulsar el botón de emergencia para obtener asistencia de seguridad (si se dispone).
- Apuntar la hora y minuto exacto de la llamada.
- Apuntar la ubicación exacta de la bomba, si es necesario repreguntando al comunicante las veces que sea necesario para especificar el punto concreto.
- Apuntar la hora prevista de la explosión.
- Preguntar y anotar el aspecto del artefacto (maletín, bolsa de deporte, mochila, vehículo, etc.)
- En función de los protocolos de seguridad vigentes en tu organización, llamar directamente a la Policía o al Departamento de Seguridad facilitándole la información recabada.
Es importante descubrir todo lo posible acerca de la persona que efectúa la llamada. Cuánto más tiempo permanezca la persona en el teléfono, mayor será la información que se pueda proporcionar a la Policía a posteriori.
Además, de cara a posteriores investigaciones, si no se graban las llamadas, es necesario fijarse en detalles tales como el acento del que efectúa la llamada, su sexo o ruidos ambientes (maquinaria, música, conversaciones, etc.).
La información más importante es el momento y lugar de la explosión. En primer lugar deberá obtenerse esta información y, después, y sólo después, intentar conseguir más.
¿Cómo podemos conseguir la máxima información del comunicante de la amenaza de bomba?
Para que el interlocutor siga en contacto y no cuelgue, pueden utilizarse algunas de las siguientes estrategias:
- Dejar al comunicante hablar primero, pero si termina y no nos ha dicho la localización y hora de la explosión, intentar, sutilmente, preguntárselo. Un truco que suele funcionar es fingir que no oye bien, o que hay una mala conexión con interferencias en la línea.
- Si el que hace la llamada no quiere hablar y no ha dado todavía la información esencial, debes decir: "espere, no cuelgue" y repetir las preguntas mencionadas anteriormente. El mostrar un cierto escepticismo, restándole credibilidad al aviso, puede inducir a la persona a dar más información ya que el objetivo de su llamada es precisamente tratar de que la amenaza sea creíble.
- Una vez tenemos la información esencial o si no nos la ha querido facilitar pero sigue en línea, preguntarle por qué ha puesto la bomba, tal vez quiera expresar algún problema emocional, injusticia o idea política. El hecho de "mostrarle interés y comprensión" puede mantenerle al teléfono lo suficiente como para detectar de dónde viene la llamada o impulsarle a dar la información que necesitamos.
- Dudar de la seriedad de la llamada: alegando que es una broma de mal gusto. Esto seguramente provocará que el comunicante siga hablando para que le tomen en serio.
- Avisarle de la posibilidad de presencia de niños o personas inocentes en el lugar amenazado y preguntarle si es tan inconsciente como para permitir que estos sean también víctimas.
- Preguntarle si el artefacto se encuentra en un lugar inexistente, en lugar de interrogarle por la exacta colocación de la bomba. Preguntar, por ejemplo, si la bomba se encuentra en en el parking (si realmente no hay) o en la 5º planta cuando el edificio únicamente tiene tres plantas. En caso de que conteste afirmativamente, muy probablemente estaremos frente a una falsa amenaza).
Dado que la conversación puede ser estresante, los nervios suelen jugar una mala pasada, por ello es importante la formación, la concienciación, la realización de simulacros frecuentes y disponer de los medios necesarios. Si eres una empresa e institución y necesitas asesoramiento, ponte en contacto con nosotros haciendo clic aquí.
Los medios que ayudan a dicho cometido pueden ser:
- Disponer de una línea telefónica que grabe todas las llamadas.
- Disponer de un sistema que permita escuchar la llamada en paralelo al Departamento de Seguridad.
- Disponer de un botón/código exclusivo para avisar a Seguridad y así ganar tiempo.
- En el caso de ser telefonista o trabajar en una centralita, disponer de un impreso a mano con las preguntas y espacios para poder ir anotando la información esencial, los trucos y la información accesoria que puede ser de utilidad.
C) DESPUÉS DEL AVISO
Tras la recepción del aviso de bomba, ya sea por escrito o telefónicamente, se deberá avisar a la Policía y/o al Departamento de Seguridad, en función de quien esté establecido que sea el interlocutor en cada caso con la Policía.
Mientras se esperan instrucciones de la Policía o el Departamento de Seguridad, es aconsejable:
- Custodiar el contenido y continente del mensaje de aviso de bomba.
- Proceder a la revisión de aquellos lugares en los que exista mayor riesgo de colocación de artefactos explosivos, que suelen ser los lugares más accesibles o zonas comunes tales como: vestíbulo, pasillos, escaleras, baños y aparcamientos tanto presencialmente como a través de las cámaras de videovigilancia. Para saber cómo actuar ante un objeto o paquete sospechoso haz clic aquí.
- Cuando llegue la Policía o el personal de seguridad, infórmales de las circunstancias en las que se ha producido la llamada, concretando todas las características que se conozcan, los lugares que se han revisado antes de su llegada y guíales por el edificio para la inspección o comprobaciones que consideren oportunas.
- Si la Policía en cualquier momento da por creíble la amenaza, será necesario evacuar todas las instalaciones de forma ordenada y en base a lo establecido en el Plan de Emergencias o Plan de Autoprotección.
- Si la Policía da por finalizada la revisión y abandona la zona o el edificio considerando negativa la amenaza, se continuará con las actividades normales.
- Tras el incidente es el mejor momento para hacer un análisis de la incidencia y de cómo se ha gestionado, haciendo partícipes del mismo a todas las personas involucradas e implementando las mejoras formativas o medidas de seguridad que sea necesario.
Hasta aquí este repaso del "Protocolo de actuación ante una amenaza o aviso de bomba". Si te ha resultado interesante y útil el contenido, te pedimos que contribuyas a crear una Cultura de seguridad reenviando este artículo a las personas de tu entorno.
A mayor conocimiento sobre el protocolo de actuación, menos víctimas habrá y más resiliente será nuestra sociedad ante este tipo de modus operandi en concreto y a la amenaza del terrorismo en general.
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